Lo difícil que es a veces dejarse llevar. Olvidarte de los problemas y centrarte simplemente en disfrutar. No se, hay miedos, nervios y preocupaciones que no son fáciles de evitar. Supongo que todo depende de uno mismo. También supongo que eso último es muy fácil de decir.
Creo y empíricamente compruebo que a menudo se da demasiada importancia a cosas muy pequeñas, irrelevantes. ¿Que porqué? Pues creo que por egoísmo, por egocentrismo. Porque nos creemos tan importantes, hasta llegar a pensar que cada mínimo movimiento que hacemos es trascendental. Sí, creo que es esa la razón.
Preocuparse de actos o hechos con tan poca importancia, hace que nos enganchemos a clavos, hilos muy pequeños, evitando así poder volar. Nuestras ideas son claras y libres; nuestras opiniones pensadas y debatidas; nuestras ganas, puras. Pero aún así, están ahi los clavos, los hilos. Pequeñas actitudes que hacen difícil disfrutar.
Oso ona Laura. Tienes toda la razón ;)
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